"Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria.
Es el caso de la historia que vamos a contar aquí, algo que pasó en nuestro país hace ya 20 años (hoy 2010: 34 años), cuando todos éramos más jóvenes y muchos de los que están leyendo estas páginas ni siquiera habían nacido. Algo tan malo, tan triste, tan espantosom que es preciso contarlo una y otra vez para que no vuelva a suceder nunca más.
(...)
El 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado.
Un golpe de Estado es eso: una trompada a la democracia.Un grupo de personas, que tienen el poder de las armas, ocupan por la fuerza el gobierno de un país. Toman presos a todos: al Presidente, a los diputados, a los senadores, a los gobernadores, a los representantes que el pueblo había elegido con su voto, y ocupan su lugar. Se convierten en dictadores. A los amigos los nombran intendentes, jueces, ministros, secretarios... así todo queda en familia. Se sienten poderosos y gobiernan sin rendirle cuentas a nadie.
(...) Sus explicaciones en relación al golpe son: pusimos orden en un país desordenado.
(...) tampoco creen en la opinión de las personas."
Fuente: Fragmento con que se inicia el libro de Montes, Graciela: "El Golpe y los chicos" - Ed. Gramón-Colihue, Buenos aires, 1996
Es fundamental no olvidar lo que nos sucedió como país para entender nuestro presente y para poder tomar decisiones sobre él como ciudadanos responsables. A su vez considero importante pensar sobre nuestros actuales gobernantes y su gobierno porque la trompada a la democracia como dice Montes, no sólo ocurre en períodos ditactoriales sino diariamente cuando no se sostienen desde el gobierno y no se exige desde el pueblo, reales políticas sociales, educativas, económicas,públicas, jurídicas para todos los integrantes de nuestro territorio.
Hagamos memoria de cuáles fueron las promesas de nuestros candidatos a representarnos y exijámosle memoria para todos.
Hagamos valer nuestra opinión fundamentada en nuestros espacios: en las escuelas, universidades, hogares, lugares de trabajo,etc.
Espero que aquel que se detenga a leer estas humildes palabras nos haga llegar su testimonio, recuerdos u opinión personal para que entre todos construyamos una manera más humana de enterder nuestro presente.
